Diario

· 401 palabras · Lectura de 2 minutos · Citas

“Por muy lejos que esté el lugar de donde venimos, nunca es de otra parte que de nosotros mismos. A veces hace falta un diario para decir qué hemos dejado de ser.”

— Tahar Ben Jelloun, El niño de arena

No puedo negar que he dejado tanto atrás. De vez en cuando puedo experimentar momentos efímeros en donde, por alguna razón, mi cerebro es capaz de recordar cómo me sentí en algún momento de la vida. Recuerdo el sentimiento con tanta claridad, de todo aquello que me emocionaba, de algún aroma, de algún pensamiento lúcido o de alguna cosmovisión que alguna vez tuve en donde me sentía de una manera específica, sólo para que se desvanezca en seguida y quede el encuentro agridulce de la realidad: aquello que recordé no existe más.

Es difícil de explicar, pero más que recordar el pasado, en ese momento puedo sentir como en aquel entonces sentí. A veces envidio el sentimiento que tuve, a veces estoy agradecido de no sentir igual que en el pasado.

Incluso un diario no puede guardar tales experiencias. Sólo si los estímulos correctos se alinean en el momento correcto, quizá mi cerebro sea capaz de recrearlas y recordar lo que me movía en el pasado. Es una lástima porque conforme pasa el tiempo, menos ocurren estos sucesos.

Sin embargo, creo que un diario es de los mejores catalizadores para echar un vistazo hacia atrás. Después de todo, por eso mismo existe este espacio en internet.

A veces no sólo me siento físicamente lejos de lo que he valorado, también me siento lejos en el tiempo. Aquello que dejé atrás, aquello que he dejado de ser y aquello que olvidé. Espero poder siempre ser capaz de voltear hacia atrás con claridad, con sentimiento, con anhelo, con emoción. Espero poder recordar y experimentar un pequeño pliegue de emoción que solía sostener en aquellos momentos.

Si bien cada día se vuelve más difícil reconectar con mi yo niño y adolescente, lo único que puedo hacer es hacerle más sencillo a mi yo del futuro poder reconectar con mi yo del presente. Un diario es una ventana a aquello que fui, y lo único que me gustaría es poder ver claramente a través del niño y adolescente que fui. Poder recordar lo que era importante y lo que me movió, ya que sin aquellos sentires y pesares, no hubiese llegado a donde estoy ahora.